26 dic 2012

Cuatro inviernos de sueños vacíos..

Cada vez va quedando menos para volver al período de extorsión del alma, de congelación astral, de sentimientos enquistados y de parálisis exterior.

Sigo sintiéndome mal desde el día en que te traicioné, el día en el que me dejé llevar por costumbres callejeras y no pensé en lo que venía después, en que tu estabas a la vuelta de la esquina, a tres pasos de mi esperándome y, premeditadamente, huí cuando me di cuenta de que te fallé. Desde ese entonces he sido cobarde, no he sido capaz de ir a verte, de pedirte perdón en persona, de mirarte e imaginarte y decirte que te quiero y, de nuevo, que lo siento.

Supongo que no lo he superado por cobardía, que si hubiera huido hacía ti no estaría tan mal como lo estoy ahora y como lo estaré. Sé que me recuerdas fuerte, como una chica con superfuerza sentimental e interior pero, desde la última vez que nos vimos, he cambiado.

Ya no soy la misma, los problemas me han cambiado, he dejado cosas de lado por miedo a no poder hacerlas, me resguardo detrás de sonrisas pero lo que hay detrás es un mundo, no es así, simplemente, no debería de ser así porque yo no era de esa forma, no soy yo desde que tú no estás.

¿Por qué me afectas tanto? No logro reponerme de ti, no logro caminar sin ti y lo sabes.
Quiero verte, verte y coger fuerzas, demostrarme que puedo seguir, que puedo volver a ser la misma.

Te quiero y te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario