29 mar 2013

Extinción 100.

Me hago un cigarro, de liar me refiero, lo enciendo, doy la calada más profunda conocida y dejo que el aire se libere lentamente, mi cuello para atrás hasta notar el respaldo de ese sillón que tenemos en la azotea, al aire libre, luego mis ojos en la luna, en esta luna llena. Cierro los ojos, respiro y vuelvo a observar la luna, ¿se ha movido tanto ya?, ahora me toca escribir en esta libreta absurda que tiene mil historias y solo pocas llegan al mundo de Al.

¿Por qué esta sí? Porque soy así o porque he estado pensando en la entrada anterior, en los procesos de extinción y que he llevado acabo. Los procesos llevaban su tiempo en mi cabeza, imaginando como hacerlos posibles, como lograr encontrar lo bueno que no se veía y buscar eso malo que parecía un 90% de mi, y por fin encontré como hacerlo.

Muchas personas ya lo sabrán pero grandes pasos tienen detrás grandes decisiones, yo di un paso de muchos kilómetros y que, aunque pocos lo saben, dentro de poco serán muchos más aún. La calma se ha adueñado de mi y vivo tranquila, con lo simple y eso me encanta.

Aquí la rutina no importa, aquí todo esta bien, por fin.
Se ha cumplido el cambio.

13 mar 2013

Proceso de extinción.

Aquí estoy, nuevamente, sin saber que escribir, supongo que solo espero que se me seque algo el pelo para dormirme y no tener que observar esta cama tan vacía, tan grande.

Me preguntaron, creo que ayer, él porqué de escribir estas cosas si a veces no tienen sentido y yo solo respondí que me sienta bien, que me da igual quien lo lea, que no me importa si no tiene sentido como suele pasar y que la libertad que siento al escribir, con los ojos cerrados hasta que termino, no se puede superar con nada al menos ahora ya no.

En estos últimos días me he dedicado a escribir en sitios en los que no debería, a hacer cosas que creía que no volvería a hacer o a escuchar canciones que no debería escuchar pero soy fuerte y me gusta infligirme el daño a mi misma para que cuando venga de fuera no duela tanto o sí, depende de donde venga.

Dedico mi tiempo a imaginar y a quedarme en blanco, mirar la pared con música directa en mis oídos, mirar de reojo mi armario o mi cómoda, soltar unas lágrimas o reírme, ver vídeos o leer lo mejor que he podido leer en mi vida.

Creo que nunca había llegado a este punto y es que estoy en un período de invisibilidad que lleva al proceso final, el de extinción y no me sienta mal.
Me estoy yendo, lejos, de mi, de todos y no importa, por ahora no.

Me he dado cuenta que la pérdida es la mejor de las ganancias, es en ese justo momento en el que descubres tus sentimientos y los de los demás, descubres lo mejor de ti y yo, en este instante conozco todo lo bueno de mi y que los demás no ven, voy a esconderme para conocer lo malo y saber en que me equivoco cada día para ser de lo bueno lo mejor sin ver y dejar lo malo que no veo y que si ven.