Cuatro inviernos de sueños vacíos..

Cada vez va quedando menos para volver al período de extorsión del alma, de congelación astral, de sentimientos enquistados y de parálisis exterior.

Sigo sintiéndome mal desde el día en que te traicioné, el día en el que me dejé llevar por costumbres callejeras y no pensé en lo que venía después, en que tu estabas a la vuelta de la esquina, a tres pasos de mi esperándome y, premeditadamente, huí cuando me di cuenta de que te fallé. Desde ese entonces he sido cobarde, no he sido capaz de ir a verte, de pedirte perdón en persona, de mirarte e imaginarte y decirte que te quiero y, de nuevo, que lo siento.

Supongo que no lo he superado por cobardía, que si hubiera huido hacía ti no estaría tan mal como lo estoy ahora y como lo estaré. Sé que me recuerdas fuerte, como una chica con superfuerza sentimental e interior pero, desde la última vez que nos vimos, he cambiado.

Ya no soy la misma, los problemas me han cambiado, he dejado cosas de lado por miedo a no poder hacerlas, me resguardo detrás de sonrisas pero lo que hay detrás es un mundo, no es así, simplemente, no debería de ser así porque yo no era de esa forma, no soy yo desde que tú no estás.

¿Por qué me afectas tanto? No logro reponerme de ti, no logro caminar sin ti y lo sabes.
Quiero verte, verte y coger fuerzas, demostrarme que puedo seguir, que puedo volver a ser la misma.

Te quiero y te echo de menos.

Las mejores cosas y sus frascos.

¿Alguna vez has pensado en como suceden las cosas? ¿En lo especial que pueden llegar a ser solo por su comienzo?

Pues yo si, lo pienso desde que la conocí, si, desde que la conocí. Hay momento en la vida en que no te fijas en una persona porque no te llama o porque no es el momento, siempre he preferido creer que "no es el momento", hasta que algo pasa, algo inunda tu vida y ella aparece como única salida, la luz al final del camino, todos los semáforos en verde de camino al trabajo cuando llegas tarde, el ibuprofeno en días de resaca, el sol después de la tormenta o la lluvia después de la sequía.

Sí, es así de drástico a veces, pero eso es lo que enamora.

Yo la vi, sin duda, el día que peor me podía encontrar en los últimos meses, intentando reír sin lograrlo, evitar llorar para no deshidratarme de nuevo y, como magia, allí estaba ella y yo me enamoré.
Fue la luz de mi camino, los semáforos en verde, el ibuprofeno en días de resaca (paracetamol para mi, que soy alérgica), el sol después de mi tormenta y la lluvia después de la sequía. Lo fue todo en un momento y me aseguré que así lo fuera a medida que la conocía.
Pensé -¿por qué no me arriesgo?- y eso hice y que feliz que soy ahora. Le hablé, me habló, hice unos 40 bailes de victoria cada vez que me contestaba y así durante días, fuimos de esas tontas que tardan días en darse un beso mientras se mueren de ganas, pero es mejor, se siente más y enamora más fuerte.

No sé, me acabo de distraer demasiado, me puso la cámara y no sé que pretendía escribir así que aquí me quedo, mirándola un rato.



La quiero.
Te quiero.



"De vez en cuando cuesta cambiar de perfume, estamos tan acostumbrados a uno que ni se nos pasa por la cabeza hacerlo hasta que, cuando el tuyo se está acabando, un día, decides cambiar y te encuentras con uno mejor, uno que embriaga, que encanta, que huele a flores, que huele a malvas."

Ojalá pudiera volar

Siempre he tenido un problema para empezar a escribir todas mis entradas y hoy, como hacía años que no me pasaba, no sé como darle forma a todo lo que quiero decir. Es fácil de explicar porque me siento así y es que me está viendo, la estoy viendo y no puedo parar de mirarla.

Me apetecía escribir sobre ella, sobre mi luz, sobre quien forma parte de mi, sobre la flor más bonita, sobre Malva...

Pensándolo bien no debería de haberle dicho que estoy escribiendo sobre ella porque seguro sus expectativas son muy altas y todos sabemos que no estoy a la altura aunque algunos digáis lo contrario. Y pensaréis que quien es Malva, Malva somos las dos pero hoy solo describiré a la mitad, a ella, a ella sin mi y como yo la veo. Ahora mismo no puedo parar de observarla, de ver como parpadea, como descansa su cabeza sobre su mano haciendo por inercia una mueca en su boca, vaya, acaba de cambiar, ahora tiene la boca tapada, pero sigue siendo preciosa. Bueno, a lo que iba...

La mitad de Malva, Ma.

Hay oportunidades en la vida que aparecen y desaparecen sin más, que no nos damos cuenta de que en un futuro serán el significado de la felicidad y cuando miramos atrás recordando esos detalles nos sentimos completamente estúpidos, sí, así me siento. La veía, la veía en fotos, la veía en la calle y no me fijé en ella, no la veía para mi, ¡que equivocada estaba! Me llamaba la atención, en poco, ¿su pelo quizás? pero me faltaba algo, ese algo que te impulsa a lanzarte desde el trampolín sin saber si al final de la caída habrá algo que amortigüe. Ese algo llegó, su movimiento, su expresión, su arte, su sonrisa, su vida, todo en un mismo instante y me deslumbró, me cegó completamente y a ciegas fui hacía ella. No sabía si la piscina estaba llena o vacía, si habría una colchoneta o cientos de almohadas para frenar la caída, o sí solo estaría el frío suelo en el cual, desgraciadamente, me hallaba últimamente.

Días después de haberme lanzado seguía con la misma duda, no sabía si había hecho bien o mal, si mi propia cabeza jugaba o era un impulso en lo más profundo de mi pecho izquierdo hasta que supe, de propia experiencia, que sus labios eran terciopelo. A partir de ahí empecé a conocerla más, sus manías y sus virtudes, su perfección y sus defectos (que no los tiene), sus besos y sus caricias.
Para hablar más de ella diré que no encuentro sensación comparable a despertar dormida junto a ella, o mejor, sobre su pecho. ¿Sus besos? El mejor de los desayunos y sus abrazos el mejor abrigo y eso que no me gusta mucho que me abracen sino abrazar. 

Escribiendo esto me he dado cuenta que, cuanto más pienso en todos sus detalles, más estoy dispuesta a enamorarme así que no voy a hablar de su sonrisa para no caer rendida tan rápidamente.

Es mi luz, mi salvación y, no sé si lo sabe, vuelo gracias a ella. No sé si ella puede volar, sé que le gustaría y es que, si quiere volar,  le daría mis alas o la ataría tan fuerte a mi para ir juntas a cualquier lugar, las alas que ella me ha creado. En todo caso y por defecto, volaríamos en un globo hasta lo más alto, hasta donde nunca ha llegado, incluso podría dejar que fuera sola para que hiciera de esa experiencia algo suyo, algo que dure siempre, lo conseguiría para ella, aunque seamos sinceros, al rato aparecería yo porque no la voy a dejar sola tanto tiempo.

Pero sobretodo, ojalá pudiera volar para llevarla dónde siempre ella ha querido, para que vuele y vuele conmigo.

La quiero.
Por cierto, el secreto de tener alas, de volar, son sus besos...

Las malvas de mi habitación.

Sus codos cayeron suavemente en la cornisa de aquella azotea, en una mano centraba los últimos suspiros de fuerza en sus dedos intentando sostener aquel cigarrillo mientras que, la otra, jugaba con su pelo y acariciaba con suma precisión su cuello, al ritmo de las estrellas, con su tic-tac. Hacía que el cigarro se consumiera entre sus labios, inspiraba y cerraba los ojos, agachaba su cabeza dejando caer sus lágrimas, esperaba un momento y expulsaba el veneno de sus pulmones mientras erguía su cuello, miraba a las dueñas de la noche y el ritmo, las estrellas, daba las gracias a ellas y a quien la estuviera cuidando. Sonreía por ser inmensa y deliberadamente feliz en el momento que estaba viviendo, en su vida actual y en el lugar donde todo estaba sucediendo.
Solo pedía y pide una cosa y es que ella nunca se marche, es decir, su felicidad, aunque su otra ella tampoco debe marcharse, prende la llama más intensa de esa felicidad.
Cada noche el ritual, el dichoso sueño aparecía después de este, volvía a su cama, en su casa, en la calle de siempre, al lado del bar de siempre, la Alba de siempre, esa que le gusta ser insomne de vez en cuando para encontrarse con el alba, para que le de luz ya que en su habitación no florecen las malvas por la mañana..

Almametría descentralizada

Hoy no ha sido un buen día.
He tenido mariposas revoloteando alrededor de mi cuerpo, acercándose, posándose en cada parte de mi y no he sido capaz de apreciarlas y el mundo de Al no es así.
Varias veces al día me pregunto si, en algún momento, un soplo de vida o una leve caricia de la brisa me traerá la respuesta a esta incógnita en la que vivo desde hace largo tiempo y que no se resolver.
He estado de nuevo en el limbo entre mis dos mundos y por un momento me paré frente a la puerta blanca, la del mundo frío, la de ese mundo que conocéis, llegando hasta el por las dudas, la debilidad, las lágrimas, el dolor, el sufrimiento, las guerras, el espejo, las marcas, la incertidumbre, el alma descentralizada.
Sí, el alma descentralizada. ¿No sabéis qué es? Muy mal.
El alma, esa parte de ti, ese soplo de felicidad, esa explosión interior ante la sonrisa de un niño, la risa descontrolada, no la encuentro. Exacto, no la encuentro. Sé que no la he perdido ya que cuando tengo el pomo de esa puerta en la mano, respiro hondo y no la dejo escapar para que no me deje ir a mi tampoco, me salva mandando impulsos de cordura a mi cuerpo que me hagan retroceder y seguir intentándolo.
Pero, ¿por qué juega conmigo?, ¿por qué cuando quiero alejarme de esa puerta y le pido ayuda no la encuentro?, ¿por qué en un momento como hoy los recuerdos para salvarme no son tan fuertes?
Los recuerdos te salvan.
Me salva el recordar la cara de mi prima pequeña mientras yo me lanzaba por el tobogán para complacerla.
Me salva el recordar el pollo de la ventana o los albornoces sexys.
Me salva el recordar su pelo, su cuerpo, su boca, la mía y sus besos.
Ya no me salvan, ya no golpean igual, ese impulso de frente que hace que retrocedas veinte pasos, ya solo me desestabiliza y doy un paso atrás.
Y todo esto precedido por la descentralización del alma, su perdida, sus escondites secretos, sus recovecos  y sus cuevas. El recuerdo sigue teniendo el mismo golpe de fuerza, la misma magia, el mismo encanto, cae donde mismo pero por desgracia el juego del escondite está activo y ya no se buscar.
No me voy a rendir, tengo que encontrar ese soplo de vida o la leve caricia de la brisa que me de la respuesta, que me diga en que lugar se esconde lo mejor de mi para ir una vez más a por ella.
No me voy a rendir, lo repito, solo tengo miedo de no tener alma, de hacer más daño del que ya he infligido a personas que quiero, de fallar, de fallarme y de encerrarme con llave y no volver jamás.
Lo siento.

"Un ángel te cuida y puso en mi boca la verdad para mostrarte la salida.. "
"Y aléjate de mi, amor.. Yo sé que aún estás a tiempo."

Cuando creía haber salido de ese mundo extrapolar aparecen cientos de vórtices y agujeros negros que me llevan a el, me indican que es mi nueva vida y que me tengo que quedar ahí por siempre.
Y no me importa, no me importa mientras no duela, aunque me lleve a la extinción..

Mundo extrapolar

Cierro los ojos, dejo que la música me llene el alma e inunde mi corazón, empiezan a surgir de la nada palabras que no quieren ahogarse, que quieren vivir y ser escuchadas de alguna manera, como por ejemplo, esta. Es así como me inspiro, pensaréis "¿qué hace esta tía escribiendo con los ojos cerrados y ladeando su cabeza una y otra vez?", pues es así como mejor puedo ser yo, por eso vuelvo a escribir, para volver a vivir en el mundo que necesito, que me necesita y no en este.
Las palabras tontas que se juntarán en frases sin sentido son la mejor salida para que conozcáis el mundo en el que me encuentro, sí, ese, el extrapolar, en el que algunos habéis intentado entrar y conocerlo, conocerme en él y comprenderme, sin victoria alguna.
Para empezar sin causar mucha confusión confieso que es el mismo que este, están las mismas casas, las mismas personas, el mismo gato que se pasea por delante de tu casa todas las noches, los mismos ruidos nocturnos.
Para entrar en el hay que.. Si soy sincera no sé lo que hay que hacer para entrar en él, yo desperté ahí, desperté sintiendo que algo no iba bien, que no estaba pasando lo mismo de siempre, que estaba sola y que no me podía evadir ni con gente del mundo "real", estuviese donde estuviese sabía que era diferente.
¿Cómo vivir en él? .. Me he reído al hacerme esta pregunta, se vive igual que en el "real" pero sin apreciar las cosas, las injusticias me dan igual, el daño que me hacen me da igual, mirar la luna más bonita de todo el verano me da igual y antes no era así. No sonrío, no lloro, no grito, en definitiva.. No vivo, vives sin vivir, que ironía.
¿Qué es lo peor de vivir en él? Hay dos cosas, la primera es no poder pensar, no soy capaz de pensar en nada de lo que me concierne, puede ocurrir una desgracia y no "siento" nada porque mi mente se niega a pensarlo, aceptarlo.. No soy capaz de centrarme en lo que hace unos días me preocupaba, no puedo. Miro cualquier objeto y me pierdo en el, sin pensar claro, es como el limbo, ni bueno ni malo, no puedes hacer nada para contrarrestarlo, por mucho que lo intentes. Puede ser que mi corazón haya dejado de latir en este mundo y que no me llegue el oxígeno y la sangre necesaria al cerebro para poder hacerlo, quien sabe. Lo siento pero no surgen palabras para definir esa sensación. Lo segundo peor de este mundo son las pesadillas, noche tras noche, una detrás de otra, como persiguiéndome mis más profundos miedos aunque, si sabes vencerlas podrás dormir bien, tuve que encontrar la solución y lo logré, por ahora me he librado unos cuantos días.
Para terminar con todas estas palabras mal sonantes, mal cuadriculadas y mal encuadradas he de decir que no me siento liberada al escribir como lo hacía antes, eso me pasa por perderme tan lejos, me lo merezco. No tengo esa sensación de ridículo al terminar de escribir, cuando noto que las últimas palabras sonarán en boca de los demás en pura carcajada, ¿recuerdan? no puedo "sentir" o pensar, no me preocupa.

Por cortesía he de decir:
Gracias por leer mis tonterías de otro mundo y sin sentido, perder tiempo aquí y lo que se suele decir..
Gracias mis morsas polares.

Ella

Tenía un borrador de algo que escribí el otro día y he pasado de el, empecé a escribir pero no seguí... Justo hacía un mes que no escribía cuando lo volví a hacer y, simplemente, lo dejé de lado. Hoy me veo con más fuerzas de escribir un par de líneas...
Estoy de exámenes, algo que implica mucho estrés para mi persona, pero no voy a dejar de sonreír.
Hoy la razón de mi sonrisa es ella, a la que hace tanto tiempo que no veo pero en la que pienso todo los días, o casi todos...
Su sonrisa es algo peculiar, cuando lo hace se le hacen los ojos chiquititos y se ríe a regañadientes haciendo que tu sonrías incluso más que ella pero jamás le ganarás a sonrisas sinceras y bonitas.
En los momentos malos y en los buenos, tanto los de ella como los de los demás, siempre está alegre, haciendo gracias o brindándote todo su apoyo porque ella es así de peculiar.
Su forma de darte cariño es especial y rara, la más rara de todas y eso es perfecto porque te hace sentir de esa manera tan fantástica, de esa manera que sabes que solo te puede hacer sentir ella.
La última vez que la vi estaba llena de vida, a pesar de todo lo que le pasaba en ese momento, seguía siendo ella y te hacía sentir bien, te hacía saber que todas las cosas estaban en su orden correcto y que, si salía o no de esa, siempre estaría contigo.
Jamás incumplió esa promesa, sigue estando con todos aquellos que la quieren, que ella quiere, sigue conmigo...
Hoy he decidido parar mi estudio, mi trabajo, para dedicarle un par de palabras que sé que leerá y esta es la tontería de entrada que me ha salido para hoy, después de tanto tiempo, y es que resulta que escuché una canción que dice "Te he echado de menos todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar..." y no me pude resistir a hablarte.
Sabes que tienes más canciones que te definen mejor Abuela, pero es que hoy, como otro día más, te echo de menos.

Confesiones

Primero, antes de escribir lo que sea que salga, quiero disculparme, confesarme culpable por todo el tiempo en el que no he escrito nada, por el abandono de aquellos que me leen o me leían, lo siento, la inspiración no aparecía o quizás los temas de los que hablar no han nacido en mi.
Sé que no solo hice este blog para hablar de temas sino para hablar de mi, un día sentimientos y otro día críticas u opiniones o quien sabe.

El otro día estaba en el tranvía de camino a casa, saqué el iPad y me puse a escribir algo sobre mis prácticas y voy a ponerlo aquí, solo para empezar...

"Mis prácticas"
Hace un mes que empecé mi pequeña ilusión... ¿Por qué la llamo así? Pues porque esto no ha hecho más que empezar, porque me queda tanto por delante que no podré comparar con mi primera experiencia, con esos llantos diarios por ver a sus madres, con sus caídas, sus "no lo volveré a hacer" o esos abrazos que me dan en el patio casi tirándome al suelo, por cosas como estas es por lo que lo llamo así "pequeña ilusión", es la primera y la que empieza a llenarme el corazón... Es algo que no olvidaré, fue así como empezó todo, son mis primeros hijos postizos y eso que tengo un montón ya que paso por 6 clases diferentes. La ilusión más grande vendrá después, cuando sean 20 o 25 hijos para mi, y tenga que tratarlos como yo querría que me tratasen o como mejor fuera para mi educación, es decir, con el amor y la disciplina suficiente, siendo divertida y seria en los momentos necesarios (que serán bastantes) y dando todo de mi por ellos, hacia ellos.. Y que más voy a decir, que ningún casi milagro me ha hecho tan feliz y me ha dado la oportunidad que me ha dado este.

Así que, solo hay que confiar en uno mismo, confía en ti y en tus posibilidades, joder, que somos personas con iniciativas y metas, ¿verdad?
Adelante.

Y eso es lo que siento por ahora con todo lo que estoy viviendo con esos diablillos (porque hay algunos que son diablos en todo su esplendor) pero que se les quiere, que te regalan flores, que te dan masajes, que te abrazan, que te quieren, que se interesan por ti.
Si es que son lo más bonito que hay y por eso me confieso enamorada de mi profesión.

Mentiras

Y destrozó su corazón y el mío, el nuestro, el de ellos y el vuestro. ¿Qué pretendía? Se metió en nuestras vidas haciendo un mundo mejor o eso creíamos, haciendo que creyésemos que todo iba bien, que nos iría bien utilizándola para todos los aspectos de nuestra vida, pero fuimos nosotros mismos los que permitimos que entrase, que se quedase y que nos acomodásemos a ella encontrando así una salida a todos los problemas y a los que incluso no lo eran.
Ella es el embuste, la mendacidad, la falacia, la falsedad, la bola, la trola, el cuento, el engaño, el enredo, la patraña, la calumnia y podría seguir con muchos más sinónimos para solamente definir una palabra, la mentira.
¿Por qué dejamos que entre en nuestra vida?
¿Por qué nos usa? ¿Por qué la usamos?
No soy yo quien va a poner a la gente que miente muy patas arriba porque yo, principalmente yo, miento, no mucho, pero lo hago. La uso para cosas muy vulgares o para no hacer daño pudiendo evitarlo con cosas, por ejemplo, familiares, pero para el resto.. Para el resto está lo más difícil, la sinceridad, tener el valor de contar lo que de verdad sucede, de decir los verdaderos sentimientos, lo que pensamos, todo, ¿tanto cuesta?
Si vale, sé que cuesta, muchísimo pero.. ¡Joder! Es lo mejor, vamos a ser valientes hombre, que a la larga nos vendrá mejor.
Porque yo, a día de hoy, sigo sin entender a esas personas que intentan entrar en tu vida a base de mentiras, que intentan quedarse aún sabiendo sus planes, que intentan destrozarte y pensar que no ha pasado nada.
Hay enfermedades incurables como esta y hasta ellos mismos saben que están perdidos.

CasiMilagros

Prometí volver cuando mis neuronas volvieran a ser las mismas.. pero aún no. Simplemente quería pasarme por aquí y desahogarme con vosotras, mis pequeñas morsas. Pensaréis que será lo que quiero desahogar hoy aquí y sabéis que soy un poco enrevesada y que me voy por las ramas sin darme cuenta, es lo que me hace especial.
Hay días como este en los que solo me apetece estar tirada en el sofá viendo la tele esperando a quedarme dormida para que el  tiempo pase más rápido y olvidar todo lo sucedido, olvidar que ya no hay vuelta atrás y que hace falta un "casi-milagro" para seguir adelante.. y lloro pero ¿y qué? Llorar es bueno aunque el rimmel casi me llegue a los labios, no pasa nada, sienta bien desahogarse con una misma mientras esperas que alguien te detenga para darte un abrazo que haga que te rompas en mil pedazos, hoy no se pudo.
No me quejo, tuve ánimos y bromas en la lejanía que me hicieron ver que los "casi-milagros" existen, que están ahí y que solo tienes que confiar en ti misma una vez más.
Pensaba hacer esto un poco más largo, volver a llorar y volver a sentirme bien.. pero no quiero perder un segundo más para conseguir mi casi-milagro.

Así querida Alba de dentro de casi 2 semanas, espero que cuando leas esto veas que lo has superado todo y que estás donde quieres estar. Y si no lo estás, no pasa nada, tienes un mundo que te da los pilares perfectos para apoyarte y no caer.

=[

El mundo de Al se encuentra temporalmente fuera de servicio hasta que mis neuronas sepan lo que es escribir y no solo en exámenes.
¡Mis disculpas!