29 mar 2013

Extinción 100.

Me hago un cigarro, de liar me refiero, lo enciendo, doy la calada más profunda conocida y dejo que el aire se libere lentamente, mi cuello para atrás hasta notar el respaldo de ese sillón que tenemos en la azotea, al aire libre, luego mis ojos en la luna, en esta luna llena. Cierro los ojos, respiro y vuelvo a observar la luna, ¿se ha movido tanto ya?, ahora me toca escribir en esta libreta absurda que tiene mil historias y solo pocas llegan al mundo de Al.

¿Por qué esta sí? Porque soy así o porque he estado pensando en la entrada anterior, en los procesos de extinción y que he llevado acabo. Los procesos llevaban su tiempo en mi cabeza, imaginando como hacerlos posibles, como lograr encontrar lo bueno que no se veía y buscar eso malo que parecía un 90% de mi, y por fin encontré como hacerlo.

Muchas personas ya lo sabrán pero grandes pasos tienen detrás grandes decisiones, yo di un paso de muchos kilómetros y que, aunque pocos lo saben, dentro de poco serán muchos más aún. La calma se ha adueñado de mi y vivo tranquila, con lo simple y eso me encanta.

Aquí la rutina no importa, aquí todo esta bien, por fin.
Se ha cumplido el cambio.

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